The picture of Lily: Juan Pedro Revuelta.

La primera vez que entré en un laboratorio fotográfico fue de la mano de Matilde Múzquiz, una bellísima persona que además de ser la creadora de la neocueva de Altamira, fue mi profesora de fotografía en la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Con ella descubriría un maridaje que jamás iba a olvidar y que me acompañaría el resto de mi vida: el olor de ácido acético y tiosulfato de sodio en la penumbra de un cuarto oscuro…

Otro hecho que cambió mi percepción de la fotografía fue un viaje que hice a Suiza para aprender el uso y manejo de los flashes de estudio Broncolor, allí descubrí una forma de entender el trabajo que después me ayudaría a desarrollar todo tipo de proyectos, incluidos los talleres personalizados que imparto en la actualidad (siempre estaré agradecido por todo lo que aprendí en Basilea).

Durante años combiné mi trabajo como fotógrafo con otras disciplinas artísticas como la pintura, el grabado o la escultura. Toda esa experiencia trabajando con mis manos tantos materiales de diferentes maneras, fue lo que me llevó a interesarme por la platinotipia, el daguerrotipo y el colodión húmedo; gracias a ellos encontré lo que siempre había estado buscando: convertir mis fotografías en objetos orgánicos que respiraran a través de su propia materia.

DarkRoom de Juan Pedro Revuelta.

Uno de los aspectos más interesantes de la fotografía es que puede ser una eficaz herramienta terapéutica, con ella he podido descubrir facetas de mi mismo que antes desconocía. Por eso ahora, cuando se presenta la ocasión (y me avisa mi sentido arácnido), dejo que el inconsciente se exprese libremente para que vomite los asuntos que debo resolver. Estas imágenes, que en ocasiones siento como si alguien me las hubiera susurrado, son las que realmente me atrapan y me interesan, y aunque a priori no las comprenda, me gustan porque me resultan muy cercanas. Al final todo se reduce a un juego de sorpresas y descubrimientos, y eso es lo que más me gusta del acto de crear fotografías.

Zona de trabajo " Seca " de Juan Pedro Revuelta.

Debo reconocer que solamente escucho música cuando hago platinotipias ya que con el colodión húmedo y el daguerrotipo prefiero escuchar el silencio y un metrónomo para contar los segundos. En la zona donde impresiono y expongo el papel para el platino, me gusta escuchar a Glenn Gould, Jordi Savall, Chet Baker, Billie Holiday o grabaciones de sonido de ballenas (las adoro, me ayudan a comprender mejor la fluidez de los metales), para ello utilizo un reproductor de CDs B&O.

Reproductor de música.

En el laboratorio utilizo un iPod con un altavoz Bose, es muy práctico debido a su portabilidad y con él me gusta escuchar a Van Morrison o Pat Metheny Group (la asociación de Pat Metheny y Lyle Mays me parece perfecta y me ha acompañado en el laboratorio desde hace 30 años).